Descubre cuál es la temperatura máxima normal en un adulto y qué hacer si se supera

La temperatura normal en un adulto

La temperatura normal en un adulto varía ligeramente dependiendo de la persona, pero en general se considera que está entre 36.1°C y 37.2°C. Este rango se considera saludable y se conoce como temperatura corporal normal.

Factores que pueden influir en la temperatura corporal

  • Actividad física: Cuando una persona realiza ejercicio o alguna actividad física intensa, es normal que su temperatura corporal aumente temporalmente.
  • Horario del día: La temperatura corporal puede variar a lo largo del día, siendo más baja en la mañana y alcanzando su punto máximo en la tarde.
  • Edad: Los bebés y los niños pequeños pueden tener una temperatura ligeramente más alta que los adultos.
  • Enfermedad: Cuando una persona está enferma, es común que su temperatura corporal se eleve como respuesta del sistema inmunológico para combatir la infección.

Es importante tener en cuenta que la temperatura corporal puede variar según estas circunstancias, por lo que el rango de 36.1°C a 37.2°C es solo una referencia general. Si tienes alguna preocupación sobre tu temperatura corporal, es recomendable consultar con un profesional de la salud.

Qué se considera como fiebre en un adulto

La fiebre es una elevación de la temperatura corporal por encima de los valores normales. En adultos, se considera fiebre cuando la temperatura rectal alcanza o supera los 38°C (100.4°F).

La temperatura normal del cuerpo humano suele estar alrededor de los 36°C – 37°C (96.8°F – 98.6°F). Si la temperatura se eleva por encima de estos valores, indica la presencia de algún tipo de infección o condición que está afectando al organismo.

Es importante tener en cuenta que la forma más precisa de medir la fiebre es utilizando un termómetro rectal, ya que es más confiable que el termómetro oral o axilar. Sin embargo, en caso de no contar con un termómetro rectal, se puede utilizar cualquiera de estos otros métodos.

Algunos de ellos son:

  • Termómetro oral: se coloca debajo de la lengua y se cierra la boca durante unos minutos hasta que el termómetro emita una señal.
  • Termómetro axilar: se coloca debajo de la axila y se mantiene el brazo pegado al cuerpo durante unos minutos hasta que el termómetro emita una señal.
  • Termómetro auricular: se coloca en el canal auditivo y se espera a que el termómetro emita una señal.

Si la temperatura corporal supera los 38°C (100.4°F), se recomienda tomar medidas para reducir la fiebre, como descansar lo suficiente, beber líquidos abundantes, vestirse con ropa ligera y fresca, y utilizar compresas frías en la frente o en otras partes del cuerpo.

Causas de un aumento repentino en la temperatura de un adulto

La temperatura corporal es regulada por el sistema de termorregulación del cuerpo. Normalmente, la temperatura de un adulto se mantiene en un rango de aproximadamente 36 a 37 grados Celsius.

Sin embargo, pueden haber situaciones en las que se produzca un aumento repentino en la temperatura de un adulto. Algunas de las causas más comunes incluyen:

  1. Infecciones: Las infecciones, como la gripe, el resfriado común o una infección del tracto urinario, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo y elevar la temperatura.
  2. Enfermedades inflamatorias: Enfermedades como la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal pueden causar fiebre como parte de la respuesta inflamatoria del cuerpo.
  3. Reacciones alérgicas: Algunas reacciones alérgicas graves, como la anafilaxia, pueden desencadenar una respuesta febril en el cuerpo.
  4. Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antidepresivos tricíclicos o los antipsicóticos, pueden tener como efecto secundario un aumento de la temperatura corporal.
  5. Estrés: El estrés físico o emocional intenso puede provocar un aumento temporal de la temperatura corporal.
  6. Exposición al calor extremo: La exposición prolongada a temperaturas muy altas puede desencadenar un golpe de calor, que se caracteriza por una elevación rápida de la temperatura corporal.

Es importante consultar a un médico si se experimenta un aumento repentino en la temperatura corporal. El médico podrá determinar la causa subyacente y recomendar el tratamiento adecuado.

Cómo medir correctamente la temperatura en un adulto

Medir la temperatura en un adulto de forma precisa es crucial para evaluar su estado de salud. Aquí te presentamos algunos pasos sencillos para hacerlo correctamente:

Paso 1: Preparación

Antes de tomar la temperatura, asegúrate de tener un termómetro limpio y desinfectado. Esto ayudará a evitar la propagación de bacterias o virus. También es importante que el adulto se encuentre en un ambiente cómodo y relajado, ya que el estrés o la tensión pueden alterar los resultados.

Paso 2: Elección del método

Existen diferentes formas de medir la temperatura en un adulto, como:

  • Termómetro oral: Coloca el termómetro debajo de la lengua, asegurándote de que esté en contacto directo con la mucosa oral. Pide al adulto que cierre la boca y respire por la nariz durante al menos tres minutos antes de la medición.
  • Termómetro de oído: Coloca la punta del termómetro en el canal auditivo y presiona el botón de inicio. Sigue las instrucciones del fabricante para obtener resultados precisos.
  • Termómetro de frente: Desliza suavemente el termómetro a lo largo de la frente, siguiendo las instrucciones del fabricante. Este método es rápido y no invasivo.
  • Termómetro rectal: Este método es más invasivo y se recomienda principalmente en casos de emergencia o en niños pequeños. Inserta cuidadosamente el termómetro en el recto del adulto y espera el tiempo indicado para obtener una lectura precisa.

Paso 3: Toma de la temperatura

Una vez elegido el método, sigue las instrucciones del fabricante para realizar la medición correctamente. Asegúrate de no mover el termómetro durante el proceso y mantén la calma para obtener resultados confiables.

Paso 4: Interpretación de los resultados

Una temperatura normal en un adulto generalmente oscila entre los 36.5°C y los 37.5°C. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada persona es diferente y las lecturas pueden variar. Si la temperatura es demasiado baja o alta, es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

Recuerda que la medición de la temperatura solo da una indicación sobre la presencia de fiebre o enfermedad. Si el adulto presenta otros síntomas preocupantes, es fundamental buscar atención médica de inmediato.

Advertencias y cuidados en caso de una temperatura alta en un adulto

En caso de que un adulto presente una temperatura alta, es importante seguir ciertas medidas de cuidado para evitar complicaciones y promover una pronta recuperación.

  • 1. Mantenerse hidratado: Es fundamental beber líquidos para reponer el agua y los electrolitos perdidos debido a la fiebre. Es recomendable consumir agua, jugos naturales o bebidas isotónicas.
  • 2. Descansar adecuadamente: El reposo es esencial para permitir que el organismo se recupere. Evitar realizar actividades físicas intensas y darle al cuerpo el tiempo necesario para recuperarse.
  • 3. Vestir ropa ligera: Optar por prendas sueltas y livianas ayuda a facilitar la evaporación del sudor y a regular la temperatura corporal.
  • 4. Aplicar compresas frías: Colocar compresas frías en la frente, nuca y axilas puede ayudar a reducir la temperatura corporal. Evitar las compresas demasiado frías para no producir escalofríos.
  • 5. No automedicarse: Ante un episodio de fiebre alta, es importante no automedicarse y consultar a un profesional de la salud. El médico determinará el tratamiento adecuado según la causa de la fiebre.

Es fundamental monitorear la temperatura corporal y vigilar cualquier cambio en los síntomas. Si la fiebre persiste por más de 48 horas o si se presentan síntomas graves como dificultad para respirar, convulsiones o confusión mental, se debe buscar atención médica de inmediato.

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